¿A qué se refiere la estética de una sonrisa? Además del color de los dientes y la salud de las encías, no debemos olvidarnos de tener una oclusión correcta. La mordida, conocida como la oclusión dental, se refiere al alineamiento de los dientes o, en otras palabras, la relación que se establece entre los dientes superiores e inferiores. Por lo contrario, las causas de una maloclusión pueden tener ciertas consecuencias para el desarrollo de los dientes, la mandíbula e, incluso el rostro.
Oclusión dental correcta
Se dice que una oclusión dental perfecta es muy difícil de encontrar. Podemos decir que una oclusión dental es óptima cuando los molares y premolares de ambas arcadas tienen un contacto perfecto unos con otros cuando la boca está cerrada, y los incisivos superiores cubren los inferiores, apoyándose adecuadamente.
La maloclusión (o mordida anormal), en cambio, aparece cuando por un motivo u otro, no respeta ese contacto. Es suficiente que un único diente no esté en relación correcta con los de su alrededor para llegar a maloclusión.
Causas de la maloclusión dental
Las causas de la maloclusión dental se pueden dividir entre causas generales y locales que dan lugar a varios tipos de mordida.
Causas generales
Entre las causas generales se incluyen:
- Las causas hereditarias (como la forma de los maxilares)
- Los síndromes genéticos (por ejemplo, Síndrome de Down, Turner etc.)
Causas locales
Las causas locales son muchas y dependen de una variedad de factores.
- Una de ellas podría ser la desproporción entre el tamaño del maxilar y los dientes.
Es decir, si el maxilar de un niño es muy pequeño, sus dientes podrían apiñarse. Un ejemplo de esto sería cuando se lleva a cabo la extracción de un diente de leche (ocasionada por caries o algún traumatismo), y los dientes vecinos ocupan su sitio. Posteriormente cuando salga ese diente permanente no tendrá suficiente espacio.
- Otra posible causa podría ser la desproporción entre el maxilar y mandíbula.
Si el maxilar es más grande que la mandíbula, los dientes superiores podrían crecer más que los inferiores, llegando a una sobremordida. En caso contrario, cuando la mandíbula es más grande, los dientes inferiores cubren los superiores, lo que se llama mordida cruzada anterior.
- Otras causas
Otros factores que llevan a la maloclusión es el hábito de la succión, ya sea durante la lactancia materna prolongada, del dedo, de la lengua, del labio o chupete y también el bruxismo.
La respiración por la boca asociada a una hipertrofia adenoamigdalar o rinitis alérgica también pueden ser causas de la maloclusión.
Síntomas y signos de la maloclusión
Los signos más típicos de la maloclusión son principalmente estéticos debido al apiñamiento dental o a una mordida anormal (sobremordida superior o inferior) con consecuencias visibles en el rostro.
Por el otro lado, las maloclusiones leves no producen ningún tipo de síntoma. Sin embargo, los graves pueden afectar la mordida, la masticación, el habla o problemas al ingerir.
Consecuencias de la maloclusión
Aunque un gran numero de maloclusiones no afectan seriamente la salud, se deberían tratar durante la adolescencia para no distorsionar el aspecto de los dientes y la forma del rostro en el futuro. No sólo estamos hablando de consecuencias funcionales, sino también estéticos que podrían llevar a problemas psicológicos y emocionales como la falta de autoestima, ansiedad o depresión.
En los casos graves, la funcionalidad de los dientes, de la boca o del maxilar se podrían ver afectados ya que la maloclusión podría provocar dificultad al masticar ciertos alimentos y no se puede llevar a cabo una limpieza adecuada. De aquí aparecen enfermedades periodontales, como la gingivitis o periodontitis y/o las caries dentales.
Asimismo, si los dientes están desalineados y no hay una mordida correcta, se desarrolla el trastorno de la articulación temporomadibular (ATM), acompañado por dolores fuertes e imposibilidad de abrir la boca suficientemente.
Finalmente, una maloclusión puede llevar a afecciones a nivel craneano (migrañas, cefaleas, etc.) o de la columna vertebral.
El tratamiento de la maloclusión
El ortodoncista es quien se encarga del tratamiento de la maloclusión. Antes de empezar el tratamiento, el ortodoncista necesitará realizar un estudio del caso con:
- Preguntas sobre el estado de salud actual.
- Examinar tanto los dientes, como los tejidos.
- Radiografías dentales y fotos (extraorales e intraorales).
- Escáner intraoral para la realización de la impresión digital, previsualizar los movimientos de los dientes y además la duración del tratamiento.
Dependiendo del tipo de maloclusión, se puede recomendar ortodoncia tradicional con brackets (no te preocupes porque hay diferentes tipos estéticos de donde podrás elegir) durante un periodo de 2 años (o más) u ortodoncia invisible.